PONENTE
SANDRA PIÑEIRO
PONENCIA: Remando en la oscuridad, esclavos de la autoexigencia
PERFIL DEL PONENTE
Sandra Piñeiro Fungueiriño, nació el 24 de abril de 1996 en Boiro (A Coruña), actualmente reside en Donostia (Gipuzkoa).
Ha sido deportista de alto rendimiento durante más de 12 años, graduada en Ciencias de la Actividad física y del Deporte y, actualmente, trabaja como profesional del ejercicio en el ámbito de la salud.
El deporte de alto rendimiento y la autoexigencia fueron los detonantes de su anorexia nerviosa. En su libro, “Remando en la oscuridad”, publicado en 2021, narra su proceso de recuperación ante este trastorno como deportista de alto nivel.
Actualmente, retirada del deporte profesional, es una mujer con un enorme compromiso social tratando de dar visibilidad a la salud mental, tanto dentro como fuera del ámbito deportivo.
Remando en la oscuridad es una experiencia contada en primera persona en la que doy voz a una versión de mí, liberada de la autoexigencia de la que era esclava. Hablo del perfeccionismo, el obsesivo control, la presión y el sentirme insuficiente ante mi propio régimen. Cuento la forma en la que todo esto me llevó a un trastorno de la alimentación, haciéndome presa de mis metas, anteponiendo el resultado y los objetivos que mi cabeza me imponía por encima de mi salud.
Mi cabeza me domina ante la frase “no es suficiente” haciendo que la anorexia me lleve al límite para llenar todos los vacíos que siento. Una línea que, una vez cruzada, me dejó atrapada al otro lado, separándome de lo que me apasionaba, de la gente que quería y de mi misma, dando paso a lo más frívolo e inhumano.
Dejas de disfrutar el camino, te obsesionas por cualquier detalle que incida en tu propósito, te alejas de la realidad y te quedas encerrado en un mundo en el que sólo existes tú, lo que quieres lograr y lo que debes hacer para conseguirlo.
Te vuelves un robot, automático, frío, impasible y con una única tarea, cumplir tus objetivos, cueste lo que cueste. Dejas de enfrentarte a la vida, a los sentimientos y a tus propios pensamientos e inquietudes.
El tiempo deja de ser un regalo y se convierte en una carrera contrarreloj en la que necesitas exprimir hasta el último aliento dando todo lo que tienes e hipotecando tu futuro ante la imposición de tus falsos ideales. Tu sigues ahí, haciendo todo lo más perfecto posible es una lista de objetivos infinita que sólo te da más ansia y con la que cada vez te sientes menos realizado. Nunca consigues sentirte satisfecho con todo el trabajo que realizas, porque nunca eres suficiente y todo es mejorable. Tus propias expectativas son inalcanzables y cada vez más altas.
Y allí te encuentras, con cada segundo de tu vida enfocado a eso que tanto crees que deseas, con la dependencia y con la adicción a ese flotador que, al menos por unos momentos nos hace sentir a salvo, cuando en realidad nos ahoga dentro de nosotros mismos sin darnos posibilidad a enfrentarnos a todo lo que no encontramos respuesta.
Tu percepción de la realidad está completamente distorsionada, tu perfeccionismo, hace que tu mundo gire en torno a todo lo que te exiges. Un todo que acaba siendo la totalidad de tu fundamento y te convierte en un proyecto en constante construcción por miedo a no ser suficiente ante lo que tu cabeza te asegura que debes hacer.
Nuestra autoexigencia es un flotador al que aferrarnos mientras muchas partes de nosotros se inundan y miramos a otro lado.